Hubo una vez en la cual nuestros antepasados se pusieron de acuerdo para que esos papeles que tienes en tu bolsillo y en tu cartera representen un valor. Fue una gran idea inventarse estos papelitos y monedas para poder intercambiar bienes y servicios. Luego con la digitalización también podemos usar una tarjeta de plástico para acceder a cuantas cosas podamos pagar.
Qué decir de las transferencias bancarias, aquellas que con un solo clic puedes compar lo que desees. Hasta ahí todo bien. Pero ¿y si te pregunto si sabes que ese mismo dinero el gobierno lo usa para robarte?
Y esta vez no estamos hablando de un robo simple, sino de uno constante a escala macro. Sólo piensa, si tienes un terreno, es altamente probable que este tome valor con el tiempo. Pero si te compran el terreno y guardas el dinero en un banco, o debajo de tu cama, con el tiempo tendrá menos valor.
Una maldición llamada “inflación”
A estas alturas ya debes ser conciente que estoy hablando de inflación. Ahhh sí, aquella palabra que año tras año significa que todo aumenta de precio. Pero, ¿es así? En cierto modo… NO.
No es que todo aumente de precio a través de los años, es que tu dinero pierde valor. Pero como esto ha sido así durante tantos años, lo tomamos como algo normal, como algo propio de “ciclos económicos”. Es como si la inflación fuera tema sólo de políticos y economistas.
¿Y si te digo que no necesariamente tiene que ser así? Porque si una unidad de pan hoy cuesta unos $3, y de repente hay escacez de harina, se produce menos pan, pero se mantiene la demanda del mismo, entonces es muy obvio que suba de precio. Lo que no tiene sentido es que si que haya escacez de todo, todas las cosas a su vez suban de precio.
El jardín del patrón oro
Hubo una linda época donde nuestros tatarabuelos vivían en un mundo donde se usaba el patrón oro. Lo que significa que el oro se usaba como punto de referencia para producir dinero. De manera que el papel-moneda era un “vale” de oro que intercambiaban para consumir bienes y servicios.
Pero esa linda época fue interrumpida por las guerras mundiales. Los gobiernos en conflicto necesitaron mucho dinero para obtener recursos para exterminarse mutuamente. De manera que no podían esperar para que el dinero se generase en base a reservas de oro.
Desde ese momento comenzó el declive del patrón oro, hasta que en 1971 se le dio el masazo final a este sistema. Ahora cada vez que el gobierno requiere más dinero del que hay disponible, entonces recurre al banco central y se le imprime más dinero. Esto al final provoca que aumente la cantidad de dinero circulante, y muy obviamente éste pierde su valor.
Pero como sabemos que a la mayor parte de nuestros políticos no les importa el bienestar del pueblo, una y otra vez recurren a imprimir más y más dinero. Además el Estado tiene el monopolio de la producción de dinero, la moneda de curso legal es la que él así lo ordene.
Bueno, no todo es tan feo como parece ya que hay una propuesta tecnológica interesante para terminar con el monopolio del Estado sobre el dinero: el blockchain. Más adelante estaremos detallando acerca de esta y otras ideas que pueden frenar la inflación de una vez y para siempre.