La productividad es la capacidad de poder convertir insumos en algo útil. Estos insumos pueden ser tangibles (arroz, harina, madera, piedras), o intangibles (información, ideas, proyectos).

Para la productividad podemos tener un rango de edad diferente dependiendo de cuáles tareas nos dedicamos. Por ejemplo, en los deportes físicos es imprescindible ser joven y estar en forma para ser productivos. Lo mismo que en la mano de obra de la minería.

Pero a medida que la tecnología ha ido avanzando, aparecen trabajos cuyo requerimiento físico es menor para nosotros. Ya no es necesaria tanta mano de obra para construir edificios como lo fue hace un siglo.

Del martillo al teclado

Entonces gran parte de los trabajos actuales requieren estar sentados frente a una computadora y manipular un software. Por lógica nuestra vida productiva es mucho más larga que la de nuestros padres. Esto es así porque básicamente necesitamos de nuestra vista y las manos para completar nuestra labor diaria.

Dicho todo esto surge la pregunta ¿cuál es la fijación de nuestras autoridades de otorgar becas solamente a jóvenes entre 18 a 27 años? ¿Acaso una persona de 30 años está a punto de jubilarse? ¿Por qué las empresas se empeñan en fijar un rango de edad hasta los 35 años para contratar a alguien? ¿Acaso un hombre de 40 años es muy viejo para ser contador, ingeniero, abogado, etc?

Es compresible rangos de edad exigentes para tareas donde la juventud es parte fundamental. Pero el estar sentado frente a una computadora no constituye un esfuerzo físico importante para nadie, a menos que sufra de cierta condición.

Un anciano buscando trabajo

Quien les escribe entiende que en par de años ya no será un candidato deseable para ninguna empresa en RD, porque en la mayor parte de los casos las ofertas vienen así:

¿Es necesario ese rango de edad para un trabajo de oficina?

Existe un culto a la juventud que al parecer no tendrá fin en todos estos años. Lo chistoso es que si eres joven pues te consideran inmaduro y estereotipado según la moda de la época. Pero basta con llegar a cumplir 30 años para considerarte desfasado. ¿Entonces qué hacemos?

Lo peor de todo esto es que esos pensamientos son motivados tanto por las entidades públicas encargadas de becas, y también las empresas y su fijación en contratar gente muy joven. Porque la cuestión en sencilla: te quiere joven para pagarte menos.

Las personas mayores de 40 también pagan impuestos, los mismos que se utilizan para otorgar becas. No es plausible discriminar a una persona en función de su edad, cuando ésta lo que desea es ser productiva. Es hasta irónico que un país que tuvo a un octogenario como presidente se dé el lujo de echar a un lado aquellos que se encuentran la flor de su adultez.

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