El nuevo mundo multipolar en que vivimos donde el Nuevo Orden Mundial y la Globalización han cedido a diferentes órdenes mundiales y diferentes globalizaciones, nos vemos inmersos en un caudal de opiniones divergentes que ahogan nuestra concentración.

Por eso vemos que ha pesar de que pensamientos como el comunismo han demostrado ser un absoluto fracaso, surgen nuevas voces que, aunque no se identifican como comunistas, comparten muchas de esas ideas. Hay otros que evocan sistemas ya desaparecidos como el nazismo.

Toda esta polarización se debe a múltiples factores, principalmente el apogeo del internet así como el ascenso de China a superpotencia. En internet cualquiera, con muy pocos recursos, puede llegar a un gran público. China es la antítesis de EE.UU., representa el Lejano Oriente, el colectivismo, la represión, el costumbrismo, etc.

Y aquí estamos los latinos, viendo cómo el mundo rueda mientras nosotros no podemos (como tantas veces) ser partícipes importantes de sus cambios. Todo esto se nota por un profundo desconocimiento de uno de los campos más importantes de la ciencia: la economía.

La economía no es como la física, donde todo es exacto, preciso, predecible, medible. La economía recoge una de las expresiones más diversas de todo el universo conocido: las interacciones humanas.

Nosotros los humanos somos cualquier cosa menos predecibles o exactos. Somos seres volubles, llenos de miedo, podemos ser inteligentes en un área e imbéciles en otra. Por eso existen diversas escuelas económicas, ya que no puede haber un consenso absoluto a la hora de abordar la creación de riqueza.

Por eso es imperioso que nosotros los latinos entendamos de una buena vez cómo se crea la riqueza. ¿De dónde viene la riqueza del rico? ¿Por qué hay países ricos y otros pobres? ¿Es rico el inteligente, el trabajador, o el ladrón? ¿Por qué nuestros políticos se pudren de dinero mientras el resto del pueblo se pudre en la miseria?

La riqueza, querido lector, es un concepto abstracto. No existe la riqueza en el mundo real, sino que hemos sido nosotros que hemos llegado a un acuerdo acerca de qué es valioso y qué no lo es. La riqueza no es más que el conocimiento aplicado hacia un recurso.

Pero ¿qué es un recurso? ¿Un recurso es madera, agua, oro, plata, mango? Los recursos pueden ser cosas tangibles, pero entonces ¿qué decimos de Microsoft? ¿Qué podemos decir de Google? ¿Qué venden ellos o por qué esas empresas tienen tanto valor?

Podemos extrapolar todo eso a las naciones, donde el petróleo puede ser una bendición para un país (Noruega), como una maldición (Venezuela). Entonces, ¿es el petróleo una riqueza? Desde luego que no lo es. La riqueza es la manera como los noruegos han sabido administrar ese recurso. Mientras que estupidez es… Bueno, ya usted sabe a qué me refiero.

Robar no es crear riqueza. Ningún político debería hacerse millonario en sus funciones. Esto es así porque quien crea la riqueza es el emprendedor, ni siquiera el empleado o el obrero, pero eso lo desarrollaremos en otro artículo.

Es muy importante saber que los recursos por sí mismos no son riqueza, para ver si de una buena vez dejamos de culpar a Cristóbal Colón de habernos robado todo el oro para dejarnos pobres. Somos pobres porque no hemos sabido crear riqueza, porque hemos aprendido a través de los años a culpar a otros de nuestra desgracia.

Tampoco creo en aquella frase que dice “este es un país rico, pero malamente administrado.” Hay que corregir eso, porque como hemos señalado, el hecho de tener muchos recursos no nos hace ricos. Nosotros, mejor dicho, somos un país pobre porque está mal administrado.

Vamos a dejar la mentalidad de víctima, vamos a ser inconformistas, abandonemos la indolencia y el pendejismo. Abracemos la ciencia, el emprendimiento, y el deseo de crear riqueza.

2 thoughts on “¿Cómo se crea la riqueza?

Leave a comment