La mala idea de Thanos

A estas alturas es difícil que no conozcas quién es ese tal Thanos. Pero por si acaso, haré un pequeño resumen para dar introducción a este tema:

En la cosmología de Marvel… ¿que tampoco sabes qué es Marvel? Bueno, esta es una compañía de cómics que está teniendo bastante éxito gracias a sus películas. Estas tienen (en su primera fase) como villano principal a Thanos, una especie de dios que tiene como misión principal acabar con la mitad de los seres vivientes de todo el Universo.

Lo interesante del caso es que se nos presenta a este personaje de manera un tanto neutral, pues Thanos no es malo porque sí, sino que básicamente está enfrentado con los superhéroes. Su idea de acabar con la mitad de los seres es debido a la falta de recursos, entonces lógicamente a menos consumidores, más recursos.

Ha sido un gran atino el haber enfocado a Thanos de esa manera porque se ha granjeado una enorme marea de fans, estos piensan que es una buena idea lo que él hace. Thanos no es tan malo porque busca salvar el Universo. Entonces su enfrentamiento con los Vengadores (el grupo de superhéroes de estas películas) es básicamente una dialéctica, una cuestión de puntos de vista.

Pero el caso es que Thanos es un muy pésimo economista. Porque los recursos disponibles no son aquellos activos que pueden ser consumidos, los recursos son las ideas que se ejecutan de manera efectiva. Así que vamos a desglosar diversos ejemplos que nos muestran que Thanos quizá tenga buenas intenciones, pero es merecedor del más cruel de los infiernos:

  1. El mito de la sobrepoblación. La sobrepoblación como tal no existe. La palabra sobrepoblación se utiliza casi exclusivamente para los países pobres. Pero un país rico no se considera sobrepoblado, salvo algunas excepciones. Por ejemplo, cuando hablamos de sobrepoblación nos viene a la mente China y la India, países con miles de millones de habitantes. Antes del repunte económico de estos países siempre se decía que su pobreza se debía a que eran demasiados. Es más, hasta se ejecutaron controles de natalidad para poder aminorar el crecimiento demográfico de estos países. Sin embargo, nadie habla de sobrepoblación en el tercer país más poblado del mundo. Este es, nada más y nada menos que Estados Unidos de América. Al parecer no es la cantidad de gente lo que molesta, sino la cantidad de pobres.
  2. Los controles de natalidad como ingeniería social no funcionan. El caso es que estos controles por lo general se aplican a los pobres. Un grupo de sabios considera cuál es la cantidad correcta de hijos que los pobres de tener. Como consecuencia de eso tenemos una enorme cantidad de hombres en China que andan buscando mujer, puesto que se es más proclive a abortar hembras que varones. Además, a la hora de esterilizar a los pobres, esto se hace hacia las mujeres, lo cual es una muestra muy fea de machismo y usurpación de sus derechos humanos.
  3. Los recursos son las ideas. En el caso de Venezuela en contraste con Noruega está más que demostrado que el simple hecho de tener petróleo no te hace rico. Lo que hace rico a un país es cuando tiene ideas que maneja de una forma eficiente. Esto ya lo hablamos en un artículo anterior.
  4. A más personas, más ideas. Los inmigrantes son parte esencial en el crecimiento de un país. Son los inmigrantes quienes traen ideas nuevas, quienes tienen ganas de triunfar. Esto se demuestra por el sólo hecho de abandonar su país su cultura, y hasta su idioma para buscar éxito en otras tierras. Los Estados Unidos tuvieron un crecimiento extraordinario porque le abrían las puertas a cualquier inmigrante, así como su eslogan de “país más libre del mundo”. De manera que eliminar la mitad de su población traería consigo, además de una gran frustración en los sobrevivientes, una baja repentina en la mano de obra.

Así que lo lamento por Thanos y sus fanáticos, pero hacer el “chasquido” no salvaría el Universo de su destrucción. Lo más recomendable es administrar de manera efectiva todo lo que la naturaleza nos ha brindado.

¿Cómo se crea la riqueza?

El nuevo mundo multipolar en que vivimos donde el Nuevo Orden Mundial y la Globalización han cedido a diferentes órdenes mundiales y diferentes globalizaciones, nos vemos inmersos en un caudal de opiniones divergentes que ahogan nuestra concentración.

Por eso vemos que ha pesar de que pensamientos como el comunismo han demostrado ser un absoluto fracaso, surgen nuevas voces que, aunque no se identifican como comunistas, comparten muchas de esas ideas. Hay otros que evocan sistemas ya desaparecidos como el nazismo.

Toda esta polarización se debe a múltiples factores, principalmente el apogeo del internet así como el ascenso de China a superpotencia. En internet cualquiera, con muy pocos recursos, puede llegar a un gran público. China es la antítesis de EE.UU., representa el Lejano Oriente, el colectivismo, la represión, el costumbrismo, etc.

Y aquí estamos los latinos, viendo cómo el mundo rueda mientras nosotros no podemos (como tantas veces) ser partícipes importantes de sus cambios. Todo esto se nota por un profundo desconocimiento de uno de los campos más importantes de la ciencia: la economía.

La economía no es como la física, donde todo es exacto, preciso, predecible, medible. La economía recoge una de las expresiones más diversas de todo el universo conocido: las interacciones humanas.

Nosotros los humanos somos cualquier cosa menos predecibles o exactos. Somos seres volubles, llenos de miedo, podemos ser inteligentes en un área e imbéciles en otra. Por eso existen diversas escuelas económicas, ya que no puede haber un consenso absoluto a la hora de abordar la creación de riqueza.

Por eso es imperioso que nosotros los latinos entendamos de una buena vez cómo se crea la riqueza. ¿De dónde viene la riqueza del rico? ¿Por qué hay países ricos y otros pobres? ¿Es rico el inteligente, el trabajador, o el ladrón? ¿Por qué nuestros políticos se pudren de dinero mientras el resto del pueblo se pudre en la miseria?

La riqueza, querido lector, es un concepto abstracto. No existe la riqueza en el mundo real, sino que hemos sido nosotros que hemos llegado a un acuerdo acerca de qué es valioso y qué no lo es. La riqueza no es más que el conocimiento aplicado hacia un recurso.

Pero ¿qué es un recurso? ¿Un recurso es madera, agua, oro, plata, mango? Los recursos pueden ser cosas tangibles, pero entonces ¿qué decimos de Microsoft? ¿Qué podemos decir de Google? ¿Qué venden ellos o por qué esas empresas tienen tanto valor?

Podemos extrapolar todo eso a las naciones, donde el petróleo puede ser una bendición para un país (Noruega), como una maldición (Venezuela). Entonces, ¿es el petróleo una riqueza? Desde luego que no lo es. La riqueza es la manera como los noruegos han sabido administrar ese recurso. Mientras que estupidez es… Bueno, ya usted sabe a qué me refiero.

Robar no es crear riqueza. Ningún político debería hacerse millonario en sus funciones. Esto es así porque quien crea la riqueza es el emprendedor, ni siquiera el empleado o el obrero, pero eso lo desarrollaremos en otro artículo.

Es muy importante saber que los recursos por sí mismos no son riqueza, para ver si de una buena vez dejamos de culpar a Cristóbal Colón de habernos robado todo el oro para dejarnos pobres. Somos pobres porque no hemos sabido crear riqueza, porque hemos aprendido a través de los años a culpar a otros de nuestra desgracia.

Tampoco creo en aquella frase que dice “este es un país rico, pero malamente administrado.” Hay que corregir eso, porque como hemos señalado, el hecho de tener muchos recursos no nos hace ricos. Nosotros, mejor dicho, somos un país pobre porque está mal administrado.

Vamos a dejar la mentalidad de víctima, vamos a ser inconformistas, abandonemos la indolencia y el pendejismo. Abracemos la ciencia, el emprendimiento, y el deseo de crear riqueza.